Me senté en el sillón
del salón. Si, el sillón de mi madre. No sé porqué sufría tanto en silencio.
Total, mi madre solo estaba de vez en cuando, la quería, la quería mucho, pero
desde pequeña se notaba que ella a mí no. ¿Sabéis lo que es vivir con personas
que no te quieren? No, no lo sabéis. En mi casa la situación era rara. Mi padre
no me quería, o si lo hacía tenía una forma muy peculiar de demostrarlo. Mi
madre tampoco, pero eso no era una novedad en mi vida. Solo mi hermano, sí, el
mismo, pero cuando cumplió los 18 se fue, no sé porqué, según el por que estaba harto de esa vida.
Pero… No, porque su vida era la mejor. La mejor, sin dudas.
-¿Beth?!- gritó Ingrid.
-¡Seeeeh!- le grité yo- ¿Qué hay de comer?- volví a gritar.
-¡Tú comida favorita!- gritó.
-¡Oh Yeah!- miré el reloj, 3:30. ¡Mierda!- ¡Ingrid! No voy a
comer, eh quedado y voy tarde-¿Tanto había tardado en pensar en el asco de vida que tenía?
Entré en mi habitación y me senté en la cama, ¡Mierda! Me
había dejado la bolsa de danza en el salón, si
Ingrid la veía me mataba, pero bueno, era un riesgo que correría. Me
tumbé, estaba muy cansada y confundida. No sabía si ir a mi encuentro con Alex,
pero es que no sé, es un chico muy
guapo, y siempre me ha gustado, y cuando digo siempre, es siempre. Solo que es
muy creído.
Me metí en la ducha, me quedaban 20 minutos para la quedada
con Alex. ¡Mierda! Que habíamos quedado a las 6. Que palo. Salí después de la
ducha, con la bata puesta, caminé por todo aquel pasillo y llegué a la cocina.
-Tengo hambre- dije con cara de zombi.
-¿Tú no habías quedado?-
me miró Ingrid que estaba haciendo algo raro, no sé.
-Sí, pero me acordé de que quedé a las 6- me senté en una de
las sillas de la cocina.
-Sabes que tú padre llega a las 8 ¿Verdad?- asentí- Te
quiero aquí a las 7:30.
-Mira que eres pesada- me miró mal- ¿Me das la comida ya?-
puse mi cara más angelical.
-No, tú profesora de danza llamó. Has engordado- la miré
sorprendida.
-Sí, ¡una mierda!- grité.
-¿Qué te eh dicho de las palabrotas?- me miró como “soy la
madre que está harta de decirte que no digas palabrotas”
-Lo siento- bajé la cabeza- Pero tengo hambre.
-¿Una manzana?
-Sabes que las odio.
-¿Pera?
-No.
-¿Plátano?
-¿Me ves cara de tenista?
-¿Kiwi?
-Demasiado verde.
-¡¿Qué quieres?!- estaba frustrada.
-¡Carne roja! ¡Quiero carne!- grité.
-Vale- y se puso a calentarme la comida.
Después de prepararme el gran chuletón con patatas fritas y
beicon miré, comí, al terminar miré el reloj 4:48. Pff, me tendría que duchar
otra vez. O algo así. No sé.
-Dios, me voy a la ducha- le dije a Ingrid.
-¿No te duchaste cuando llegaste?- me miró como “estas mal”
-Sí, pero ahora me daré un baño, tengo que pensar.
-Vale, “señorita Rockefeller”
-¿Porqué me llamas así?- la miré mal.
-Porque sé que odias que te llamen así.
-¿Y si lo sabes, porqué lo haces?
-Pues por eso, porque te molesta.
Salí de la cocina, en serio a veces Ingrid era muy pesada,
pero de broma, y entonces tengo ganas de matarla, pero cuando veo como es
conmigo, se me pasa. No se puede matar a un ángel.
Entré en mi habitación y me metí en la ducha, en verdad me
di un baño, con música de Ed de fondo. Era algo que me relajaba mucho. No sabía
que hacer, ¿Iba a mi encuentro con Alex?
¿Pasaba de todo aquello? Me negué, yo quería a Alex desde el día que lo
conocí, era algo surrealista, todo esto era diferente. Vale, acepté que lo quería. ¿Por qué tenía
que ser tan jodidamente guapo? A lo mejor solo me atraía. Pero daba igual todo
lo que pensara en ese momento, tenía que ir a mi encuentro, para enterarme de que
quería Alex.
Me levanté, me vestí, hice un repaso a mi pelo, que estaba
mojado y me lo dejé que se secara solo, odio los secadores. Me eché colonia y
salí rumbo a Hyde Park (Iba así)
-Hola- sentí detrás de mí.
-Hola- le sonreí, iba muy guapo.
-Pensé que no vendrías, de verdad, es que eres muy…- se
quedó buscando una palabra para describirme.
-No lo digas, lo arruinaras. ¿Qué quieres?
-Hablar contigo, el beso de ayer, ya sabes.
-Bueno, me besaste tú, y todavía no sé porqué, así que este
es buen momento para que me des una explicación que me convenza.
-Pues… No sé- Pensó- Te queda muy bien el pirsing, ¿Lo ha
visto ya tú padre?
-¿Porqué cada vez que hablo del beso cambias de tema?- le
miré mal.
-Pues porque no sé como coño decirte que te quiero desde el
día en que te conocí.
Me quedé a cuadros, ¿En serio? ¿Había venido preparada para
esto? Le podía hacer dicho que él no tenía sentimientos, pero creo que sería
muy cruel, decirle eso a alguien que acaba de confesar sus sentimientos, es de
gente mala. De gente muy mala.
Mis pensamientos se esfumaron cuando sentí los labios de
Alex. Este beso había sido mejor, ¿Qué digo mejor? ¡Mucho mejor! Me sonrojé, no
estoy acostumbrada a este tipo de cosas. Sí, soy muy rara.
-Para- dije apartándome.
-¿Qué pasa?- me miró. Su cara fue épica.
-No sé, esto es muy raro Alex, tú y yo nos odiamos, es ley de vida. Yo soy la niña de mamá y papá
y tú, eres un chico que ha luchado con uñas y dientes para llegar a dónde estás
ahora. Me odias, desde siempre. Esto es demasiado raro.
-No, siempre te eh querido. Porque eres extrañamente rara. Y
lo raro me gusta.
-¿Me estás diciendo rara?
-Te lo acabo de decir.
-Ya lo sé, pero esto
son cosas de chicas, ya sabes, bueno, no, no sabes… Los tíos sois demasiado cortitos para esto.
-¿Me estás diciendo tonto?- rió.
-Bueno…- alargué la o.
-En fin, te lo preguntaré, me da igual, tengo que lanzarme-
suspiré- ¿Quieres salir conmigo?
-Pues…- pensé, ¿Qué pierdo diciéndole que no? ¿Nada, verdad?
Pues venga, allá vamos- Pues claro que si- Sonrió y yo hice lo mismo. Me abrazó
y después juntamos nuestros labios. Si, ese niño me encantaba.
Después de media con Alex en el parque, hablando de todos
estos años de odio. Me sonó el móvil. Era Jane.
-¿Qué quieres pesada?- dije con una voz cantarina. Estaba
feliz.
-Pues si que estás de humor. ¿Quedamos hoy?
-Sí, pero a más tardar a las 8 tengo que estar en casa.
-Vale, ¿Paso por ti?
-No, en el Big Ben en 20 minutos, ¿Estarás?
-Seeh- dijo soltando una carcajada.
-Vale guarra, nos vemos por ahí.
Colgué y miré a Alex, que me estaba mirando mientras sonreía
como tonto. ¿En serio llevaba todo este tiempo enamorado? O no tanto así, si no
que le gustaba hace mucho. Esto era demasiado raro para mi, si, demasiado.
-¿Tienes que irte?
-Eh quedado con Jane, una amiga.
-Ah, vale- me sonrió- ¿Te acompaño?
-Si quieres.
Me levante de encima de él y nos pusimos camino al sitio
donde había quedado con Jane. Pero mi móvil sonó. Mi padre ¿Cómo coño tenía mi
número nuevo? Pff.
-¿Qué?
-Esta noche hay cena importante, así que vístete elegante y
estate en casa ya. Sé que has salido y sabes que no me gusta que lo hagas.
-¿Y desde cuando a mi me importa lo que te gusta o no?- puse
mala cara.
-Pues desde ahora. Ve para la casa ya.
-Vale.
Me detuve, paré de caminar. ¿Por qué era tan mala persona?
¡Dios! Nunca había odiado tanto a una persona, bueno de hecho creo que él es la
única persona a la que odio.
-Lo siento Alex, pero me tengo que ir a casa.
-Vale, ¿Pasa algo?
-Mi padre- suspiré- Si sales conmigo tendremos un montón de
problemas, la vida con una Lord no es todo color de rosa. Al contrario, si hay
algo que tiene color, es porque detrás hay algo malo.
-Creo que podré
soportarlo- rió.
-Vale, tengo que llamar a Jane, porque no puedo ir.
Pero el móvil sonó otra vez, ¿Qué tenía la gente que me
llamaba tanto ahora? Era Jane, menos mal, no la tenía que llamar.
-¡A ti que iba a llamar ahora!
-Tía, que no puedo ir hoy, es que mi madre me ha dicho que
tenemos una cena muy importante, me tiene que presentar a su novio, dios mío,
me lo presentará después de 1 año. Increíble.
-Se te nota eufórica- sonreí- Te iba a llamar para decirte
lo mismo. Mi padre me ha dicho que tengo que ir a casa, tenemos una cena muy
importante y me tengo que ir ya. Así que hablamos mañana que ya casi llego.
Entré en casa y fui directo a mi habitación. Me metí en la
ducha. Ya sé que me eh duchado dos veces ya, pero si hay una cena importante
tienes que hacerlo cuantas veces sea necesario. Es broma, pero si mi padre ni
me ha echado la bronca por salir de casa, es porque está demasiado estresado
con la cena. Así que es importante.
Salí de la ducha a las 7, ¡mierda! Sólo tenía una hora para
prepararme. Tenía un problema. Llamé a Ingrid que me arregló el pelo. Me hice
la raya y un poco de colonia. Después me
vestí a toda prisa. (Iba así)
Entré en el salón de casa porque sentí voces, perfecto Taylor iba a la cena. Si ¿Os
acordáis de mi prometido? Pues ese mismo. Me miré en uno de los espejos antes
de entrar en el salón y respiré hondo.
-¡Hola!- sentí decían detrás de mí. Me giré.
-¿Tú? ¿Qué haces
aquí?
-Pues mi cena es aquí.
-Vamos, que mi padre tiene novia nueva- sonreí, me encantaba
lo que estaba pasando.
-Sí, lo siento tía. Yo creo que es muy pronto teniendo en
cuenta lo de tú madre y tal.
-Tía, mis padres están separados hace 3 años. Esto no me
afecta. Estoy deseando conocer a tu madre- la abracé, ¿En serio mi hermanastra sería Jane?
Entramos en el salón
y todos se nos quedaron mirando. Verdaderamente Jane iba muy guapa. Y
yo, bueno, yo no me podía quedar atrás. La gente mi miraba más de lo normal.
¿Será por el pirsing? Hombre, claro que era por eso, pero me daba igual, yo
quería estar así y estaría. En la sala había mucha gente. Parecía que sería yo
la última persona que se iba a enterar
de que iba todo esto.
Después de que mi padre mi mirara mal por el pirsing. Nos
presentaron a Brenda, la madre de Jane. Parece tímida, y además han puesto
fecha para la boda. Dentro de 2 meses.
-Elizabeth- sentí que me decía una de las 2 personas que
quedaban en el salón. Me giré.
-Beth, solo Beth- corregí- ¿Qué pasa?
-Pues, ¿podemos hablar?- preguntó Brenda al lado de Jane.
-Claro- sonreí. Me senté a su lado en el sofá.
-Pues verás, no sé si tu padre te ha dicho que Jane y yo nos
mudamos aquí mañana- me sorprendió.
-¡¿Qué?!- solté sin darme cuenta.
Me levanté del sofá, sé que sería inadecuado para una
señorita, pero no me importaba eso ahora mismo. A lo mejor a Jane le sentaba
mal, pero lo siento, hasta ahora la casa era solo para mí, y no es porque sea
egoísta, si no es demasiado precipitado. ¡Mi madre murió la semana pasada!
Entré en el despacho de mi padre. Con mala leche.
-¿Qué quieres?
-¿Iba a ser yo la última en enterarme de que tenías novia?
¿De que venía hoy a cenar?¿De que se viene a
vivir mañana a esta casa?- le miré mal.
-¿Iba a ser yo el último en enterarme de que vas con los
chicos de One Direction? ¿De que tienes un pirsing en la nariz? ¿En que
conocías a Jane de antes?
-Yo pregunté primero.
-Pues mi respuesta es sí.
-Yo no hace falta ni que te responda- me di la vuelta y salí
de allí.
Entré en el salón y estaba Brenda como que enfadada, o no
tanto así. Si no que a lo mejor se sentía incómoda por esta situación. Me senté
a su lado y esperé a que continuara con
la conversación que interrumpí antes.
-Ya me informaron de que os venís.
-Mira Beth. Yo no pretendo ser tu madre. Porque una madre es
irremplazable. Pero quiero que nos llevemos lo mejor posible.
-Se lo.
-¿Qué?
-Que seas mi madre. Nunca eh tenido una. Y me gustaría que
te preocuparas tanto por mí, que como lo haces con Beth.
-No me esperaba esto- dijo sonriendo.
-Ni yo, pero las cosas vendrán así a partir de ahora, y tú
hija es mi amiga… No sé, si te quedas aquí entonces nos tendremos que llevar
bien, ¿No? – sonreí.
-¿Abrazo en grupo?- preguntó Jane.
-Abrazo en grupo- acepte.
Mientras nos dábamos nuestro abrazo en grupo sonó mi móvil y
el de Jane. Abrí rápidamente y vi de quien era. De Danielle.
De: Danielle Para: Beth Hora:
11:49
Mensaje: Hoy hacemos una fiesta en casa de
los chicos, ya sabemos que es muy tarde pero es que no hemos tenido tiempo con
todos los preparativos. Vente Porfa xx
Jane y yo nos miramos, parece que nos habían llegado el
mismo mensaje. Después de que Brenda nos dijera que podíamos ir sin problemas y
que ella nos cubriría con mi padre, nos fuimos a mi habitación para cambiarnos,
ya que íbamos de etiqueta.
Me vestí y le dejé ropa a Jane. Mañana se mudaba así que nos
iríamos de compras yo (iba así) Y Jane (iba así)
El camino no fue muy largo.
Jane y yo íbamos felices porque lo que había pasado hacían unas horas. Cuando
llegamos la casa estaba llena de gente. Dios, llena.
-¡Hola señoritas!- dijo Harry cuando nos vio.
-Hola rizos- le dijo Jane mientras le daba dos besos.
-Hola- dije sonrojada. Yo no tenía tanta confianza como
ella, pero no era razón por la que
sonrojarme ¿Verdad?
-Oix que se nos pone roja- dijo riendo.
Nos adentramos en la casa. Llegamos a una parte del salón
donde estaban los chicos. Louis y Eleanor un poco más distante de lo normal. Danielle y
Liam, Zayn y Perrie, Niall y Ed Sheeran.
-¿Ed? – le miré sorprendida.
-¿Beth? ¿Mi Beth?
-¡Sí! ¡Tu Beth! – corrí a sus brazos y le salté encima.
Hacía tanto que no lo veía.
Después de un abrazo de más de 2 minutos nos separamos, los
chicos nos miraban expectantes. No sabían que conocía a Ed.
-¿Os conocéis?- preguntó Louis.
-¿Bromeas?- sonreí – Veraneábamos juntos
hace 6 años- volví a sonreír.
-Mucho tiempo- dijo Harry.
-Sí, el tenía 16 y yo
12, casi 13.
-Ah… - dijo Louis.
-Bueno chicos tenemos que subir- informó Liam.
-¿A dónde? Y por cierto ¿Cuál es la razón de la fiesta?
-Pues a cantar y la razón es que tenemos un nuevo single.
-¿Ah sí?
-¡Oh Yeah!- dijo Harry con su típico signo heavy.
-¿Cómo se llama?- pregunté.
-Little Things- respondió Niall.
-Ese nombre me suena- dije en un susurro, Ed que aún estaba
a mi lado se sonrojó.
Los chicos subieron al “escenario” que habían montado en el
salón de casa. ¿Por qué hacían la fiesta en casa y no alquilaban un local? Era
lo más lógico. Pero supongo que no lo hacían porque querían algo discreto. Aunque
con ellos es casi imposible. La canción comenzó, cantaba Zayn. Saludé a las
chicas, que no lo había hecho. Entonces
de mi interior salió.
Your hand fits in mine
Like it's made just for me
But bear this in mind
It was meant to be
And I'm joining up the dots
With the freckles on your cheeks
And it all makes sense to me
Like it's made just for me
But bear this in mind
It was meant to be
And I'm joining up the dots
With the freckles on your cheeks
And it all makes sense to me
I know you've never loved
The crinkles by your eyes when you smile
You've never loved
Your stomach or your thighs
The dimples in your back at the bottom of your spine
The crinkles by your eyes when you smile
You've never loved
Your stomach or your thighs
The dimples in your back at the bottom of your spine
But I'll love them endlessly
I won't let these little things slip out of my mouth
But if I do, it's you,
Oh it's you,
They add up to
I'm in love with you,
And all these little things
I won't let these little things slip out of my mouth
But if I do, it's you,
Oh it's you,
They add up to
I'm in love with you,
And all these little things
You can't go to bed,
Without a cup of tea,
And maybe that's the reason
That you talk, in your sleep
And all those conversations
Are the secrets that I keep
Though it makes no sense to me
Without a cup of tea,
And maybe that's the reason
That you talk, in your sleep
And all those conversations
Are the secrets that I keep
Though it makes no sense to me
You never want to know how much you weigh
You still have to squeeze into your jeans
But,
You're perfect to me
I won't let these little things slip out of my
mouth
But if it's true,
It's you,
It's you,
They add up to
I'm in love with you,
And all these little things
But if it's true,
It's you,
It's you,
They add up to
I'm in love with you,
And all these little things
You'll never love yourself
Half as much as I love you
You'll never treat yourself right, darlin'
But I want you to,
If I let you know, I'm here for you,
Maybe you'll love yourself,
Like I love you
Oh
Half as much as I love you
You'll never treat yourself right, darlin'
But I want you to,
If I let you know, I'm here for you,
Maybe you'll love yourself,
Like I love you
Oh
Y seguí cantando la canción, no podía creer que fuera él. ¿En serio? Se había
enamorado de una niña de 12 años? Era increíble. Y también era increíble que no
me haya dado cuenta hasta ahora.
Los chicos bajaron y
me vieron. Estaba llorando y sonreía como tonta.
-¿Qué te pasa pequeña?- me abrazó Niall- ¿Te ha emocionado
la canción?- sonreí.
-Esta canción… Aparte de que me ha emocionado, yo la tengo,
tengo la original en casa- dije con dificultad.
-¿Cómo, si esa es exclusiva, solo la tiene Ed?- dijo Louis.
Miré a Ed, preguntándole si era lo que yo pensaba. Entonces asintió,
se sonrojó de tal forma que su pelo rojo no era tan rojo ahora. Entonces le
abracé.
-No me eh dado cuenta hasta ahora Ed- ya lo había soltado-
Lo siento.
-No pasa nada, mi intención era que no te dieras cuenta.
-A ver, a ver, a ver- dijo Harry- No me eh enterado,
explicadme.
-Veraneábamos juntos… Cuando regresé el último verano había
correo para mí. La letra de una canción llamada Little things, con una carta
preciosa. Pero nunca pensé que el chico pelirrojo de 16 años se iba a enamorar
de la chica de 12 años que entonces usaba pantalones.