miércoles, 28 de noviembre de 2012

Capítulo 5 -Little things-


Me senté en  el sillón del salón. Si, el sillón de mi madre. No sé porqué sufría tanto en silencio. Total, mi madre solo estaba de vez en cuando, la quería, la quería mucho, pero desde pequeña se notaba que ella a mí no. ¿Sabéis lo que es vivir con personas que no te quieren? No, no lo sabéis. En mi casa la situación era rara. Mi padre no me quería, o si lo hacía tenía una forma muy peculiar de demostrarlo. Mi madre tampoco, pero eso no era una novedad en mi vida. Solo mi hermano, sí, el mismo, pero cuando cumplió los 18 se fue, no sé porqué,  según el por que estaba harto de esa vida. Pero… No, porque su vida era la mejor. La mejor, sin dudas.
-¿Beth?!- gritó Ingrid.
-¡Seeeeh!- le grité yo- ¿Qué hay de comer?- volví a gritar.
-¡Tú comida favorita!- gritó.
-¡Oh Yeah!- miré el reloj, 3:30. ¡Mierda!- ¡Ingrid! No voy a comer, eh quedado y voy tarde-¿Tanto había tardado en  pensar en el asco de vida que tenía?
Entré en mi habitación y me senté en la cama, ¡Mierda! Me había dejado la bolsa de danza en el salón, si  Ingrid la veía me mataba, pero bueno, era un riesgo que correría. Me tumbé, estaba muy cansada y confundida. No sabía si ir a mi encuentro con Alex, pero es que no sé, es un chico  muy guapo, y siempre me ha gustado, y cuando digo siempre, es siempre. Solo que es muy creído.
Me metí en la ducha, me quedaban 20 minutos para la quedada con Alex. ¡Mierda! Que habíamos quedado a las 6. Que palo. Salí después de la ducha, con la bata puesta, caminé por todo aquel pasillo y llegué a la cocina.
-Tengo hambre- dije con cara de zombi.
-¿Tú no habías quedado?-  me miró Ingrid que estaba haciendo algo raro, no sé.
-Sí, pero me acordé de que quedé a las 6- me senté en una de las sillas de la cocina.
-Sabes que tú padre llega a las 8 ¿Verdad?- asentí- Te quiero aquí a las 7:30.
-Mira que eres pesada- me miró mal- ¿Me das la comida ya?- puse mi cara más angelical.
-No, tú profesora de danza llamó. Has engordado- la miré sorprendida.
-Sí, ¡una mierda!- grité.
-¿Qué te eh dicho de las palabrotas?- me miró como “soy la madre que está harta de decirte que no digas palabrotas”
-Lo siento- bajé la cabeza- Pero tengo hambre.
-¿Una manzana?
-Sabes que las odio.
-¿Pera?
-No.
-¿Plátano?
-¿Me ves cara de tenista?
-¿Kiwi?
-Demasiado verde.
-¡¿Qué quieres?!- estaba frustrada.
-¡Carne roja! ¡Quiero carne!- grité.
-Vale- y se puso a calentarme la comida.
Después de prepararme el gran chuletón con patatas fritas y beicon miré, comí, al terminar miré el reloj 4:48. Pff, me tendría que duchar otra vez. O algo así. No sé.
-Dios, me voy a la ducha- le dije a Ingrid.
-¿No te duchaste cuando llegaste?- me miró como “estas mal”
-Sí, pero ahora me daré un baño, tengo que pensar.
-Vale, “señorita Rockefeller”
-¿Porqué me llamas así?- la miré mal.
-Porque sé que odias que te llamen así.
-¿Y si lo sabes, porqué lo haces?
-Pues por eso, porque te molesta.
Salí de la cocina, en serio a veces Ingrid era muy pesada, pero de broma, y entonces tengo ganas de matarla, pero cuando veo como es conmigo, se me pasa. No se puede matar a un ángel.
Entré en mi habitación y me metí en la ducha, en verdad me di un baño, con música de Ed de fondo. Era algo que me relajaba mucho. No sabía que hacer, ¿Iba a mi encuentro con Alex?  ¿Pasaba de todo aquello? Me negué, yo quería a Alex desde el día que lo conocí, era algo surrealista, todo esto era diferente.  Vale, acepté que lo quería. ¿Por qué tenía que ser tan jodidamente guapo? A lo mejor solo me atraía. Pero daba igual todo lo que pensara en ese momento, tenía que ir a mi encuentro, para enterarme de que quería Alex.
Me levanté, me vestí, hice un repaso a mi pelo, que estaba mojado y me lo dejé que se secara solo, odio los secadores. Me eché colonia y salí rumbo a Hyde Park (Iba así)

Este es Alex! 

-Hola- sentí detrás de mí.
-Hola- le sonreí, iba muy guapo.
-Pensé que no vendrías, de verdad, es que eres muy…- se quedó buscando una palabra para describirme.
-No lo digas, lo arruinaras. ¿Qué quieres?
-Hablar contigo, el beso de ayer, ya sabes.
-Bueno, me besaste tú, y todavía no sé porqué, así que este es buen momento para que me des una explicación que me convenza.
-Pues… No sé- Pensó- Te queda muy bien el pirsing, ¿Lo ha visto ya tú padre?
-¿Porqué cada vez que hablo del beso cambias de tema?- le miré mal.
-Pues porque no sé como coño decirte que te quiero desde el día en que te conocí.
Me quedé a cuadros, ¿En serio? ¿Había venido preparada para esto? Le podía hacer dicho que él no tenía sentimientos, pero creo que sería muy cruel, decirle eso a alguien que acaba de confesar sus sentimientos, es de gente mala. De gente muy mala.
Mis pensamientos se esfumaron cuando sentí los labios de Alex. Este beso había sido mejor, ¿Qué digo mejor? ¡Mucho mejor! Me sonrojé, no estoy acostumbrada a este tipo de cosas. Sí, soy muy rara.
-Para- dije apartándome.
-¿Qué pasa?- me miró. Su cara fue épica.
-No sé, esto es muy raro Alex, tú y yo nos odiamos,  es ley de vida. Yo soy la niña de mamá y papá y tú, eres un chico que ha luchado con uñas y dientes para llegar a dónde estás ahora. Me odias, desde siempre. Esto es demasiado raro.
-No, siempre te eh querido. Porque eres extrañamente rara. Y lo raro me gusta.
-¿Me estás diciendo rara?
-Te lo acabo de decir.
-Ya lo sé, pero esto  son cosas de chicas, ya sabes, bueno, no, no sabes…  Los tíos sois demasiado cortitos para esto.
-¿Me estás diciendo tonto?- rió.
-Bueno…- alargué la o.
-En fin, te lo preguntaré, me da igual, tengo que lanzarme- suspiré- ¿Quieres salir conmigo?
-Pues…- pensé, ¿Qué pierdo diciéndole que no? ¿Nada, verdad? Pues venga, allá vamos- Pues claro que si- Sonrió y yo hice lo mismo. Me abrazó y después juntamos nuestros labios. Si, ese niño me encantaba.
Después de media con Alex en el parque, hablando de todos estos años de odio. Me sonó el móvil. Era Jane.
-¿Qué quieres pesada?- dije con una voz cantarina. Estaba feliz.
-Pues si que estás de humor. ¿Quedamos hoy?
-Sí, pero a más tardar a las 8 tengo que estar en casa.
-Vale, ¿Paso por ti?
-No, en el Big Ben en 20 minutos, ¿Estarás?
-Seeh- dijo soltando una carcajada.
-Vale guarra, nos vemos por ahí.
Colgué y miré a Alex, que me estaba mirando mientras sonreía como tonto. ¿En serio llevaba todo este tiempo enamorado? O no tanto así, si no que le gustaba hace mucho. Esto era demasiado raro para mi, si, demasiado.
-¿Tienes que irte?
-Eh quedado con Jane, una amiga.
-Ah, vale- me sonrió- ¿Te acompaño?
-Si quieres.
Me levante de encima de él y nos pusimos camino al sitio donde había quedado con Jane. Pero mi móvil sonó. Mi padre ¿Cómo coño tenía mi número nuevo? Pff.
-¿Qué?
-Esta noche hay cena importante, así que vístete elegante y estate en casa ya. Sé que has salido y sabes que no me gusta que lo hagas.
-¿Y desde cuando a mi me importa lo que te gusta o no?- puse mala cara.
-Pues desde ahora. Ve para la casa ya.
-Vale.
Me detuve, paré de caminar. ¿Por qué era tan mala persona? ¡Dios! Nunca había odiado tanto a una persona, bueno de hecho creo que él es la única persona a la que odio.
-Lo siento Alex, pero me tengo que ir a casa.
-Vale, ¿Pasa algo?
-Mi padre- suspiré- Si sales conmigo tendremos un montón de problemas, la vida con una Lord no es todo color de rosa. Al contrario, si hay algo que tiene color, es porque detrás hay algo malo.
 -Creo que podré soportarlo- rió.
-Vale, tengo que llamar a Jane, porque no puedo ir.
Pero el móvil sonó otra vez, ¿Qué tenía la gente que me llamaba tanto ahora? Era Jane, menos mal, no la tenía que llamar.
-¡A ti que iba a llamar ahora!
-Tía, que no puedo ir hoy, es que mi madre me ha dicho que tenemos una cena muy importante, me tiene que presentar a su novio, dios mío, me lo presentará después de 1 año. Increíble.
-Se te nota eufórica- sonreí- Te iba a llamar para decirte lo mismo. Mi padre me ha dicho que tengo que ir a casa, tenemos una cena muy importante y me tengo que ir ya. Así que hablamos mañana que ya casi llego.
Entré en casa y fui directo a mi habitación. Me metí en la ducha. Ya sé que me eh duchado dos veces ya, pero si hay una cena importante tienes que hacerlo cuantas veces sea necesario. Es broma, pero si mi padre ni me ha echado la bronca por salir de casa, es porque está demasiado estresado con la cena. Así que es importante.
Salí de la ducha a las 7, ¡mierda! Sólo tenía una hora para prepararme. Tenía un problema. Llamé a Ingrid que me arregló el pelo. Me hice la raya y un poco de colonia. Después  me vestí a toda prisa. (Iba así)

Entré en el salón de casa porque sentí  voces, perfecto Taylor iba a la cena. Si ¿Os acordáis de mi prometido? Pues ese mismo. Me miré en uno de los espejos antes de entrar en el salón y respiré hondo.
-¡Hola!- sentí decían detrás de mí. Me giré.
-¿Tú?  ¿Qué haces aquí?
-Pues mi cena es aquí.
-Vamos, que mi padre tiene novia nueva- sonreí, me encantaba lo que estaba pasando.
-Sí, lo siento tía. Yo creo que es muy pronto teniendo en cuenta lo de tú madre y tal.
-Tía, mis padres están separados hace 3 años. Esto no me afecta. Estoy deseando conocer a tu madre- la abracé, ¿En serio  mi hermanastra sería Jane?
Entramos en el salón  y todos se nos quedaron mirando. Verdaderamente Jane iba muy guapa. Y yo, bueno, yo no me podía quedar atrás. La gente mi miraba más de lo normal. ¿Será por el pirsing? Hombre, claro que era por eso, pero me daba igual, yo quería estar así y estaría. En la sala había mucha gente. Parecía que sería yo la última persona  que se iba a enterar de que iba todo esto.
Después de que mi padre mi mirara mal por el pirsing. Nos presentaron a Brenda, la madre de Jane. Parece tímida, y además han puesto fecha para la boda. Dentro de 2 meses.
-Elizabeth- sentí que me decía una de las 2 personas que quedaban en el salón.  Me giré.
-Beth, solo Beth- corregí- ¿Qué pasa?
-Pues, ¿podemos hablar?- preguntó Brenda al lado de Jane.
-Claro- sonreí. Me senté a su lado en el sofá.
-Pues verás, no sé si tu padre te ha dicho que Jane y yo nos mudamos aquí mañana- me sorprendió.
-¡¿Qué?!- solté sin darme cuenta.
Me levanté del sofá, sé que sería inadecuado para una señorita, pero no me importaba eso ahora mismo. A lo mejor a Jane le sentaba mal, pero lo siento, hasta ahora la casa era solo para mí, y no es porque sea egoísta, si no es demasiado precipitado. ¡Mi madre murió la semana pasada!
Entré en el despacho de mi padre. Con mala leche.
-¿Qué quieres?
-¿Iba a ser yo la última en enterarme de que tenías novia? ¿De que venía hoy a cenar?¿De que se viene a  vivir mañana a esta casa?- le miré mal.
-¿Iba a ser yo el último en enterarme de que vas con los chicos de One Direction? ¿De que tienes un pirsing en la nariz? ¿En que conocías a Jane de antes?
-Yo pregunté primero.
-Pues mi respuesta es sí.
-Yo no hace falta ni que te responda- me di la vuelta y salí de allí.
Entré en el salón y estaba Brenda como que enfadada, o no tanto así. Si no que a lo mejor se sentía incómoda por esta situación. Me senté a su lado y  esperé a que continuara con la conversación que interrumpí antes.
-Ya me informaron de que os venís.
-Mira Beth. Yo no pretendo ser tu madre. Porque una madre es irremplazable. Pero quiero que nos llevemos lo mejor posible.
-Se lo.
-¿Qué?
-Que seas mi madre. Nunca eh tenido una. Y me gustaría que te preocuparas tanto por mí, que como lo haces con Beth.
-No me esperaba esto- dijo sonriendo.
-Ni yo, pero las cosas vendrán así a partir de ahora, y tú hija es mi amiga… No sé, si te quedas aquí entonces nos tendremos que llevar bien, ¿No? – sonreí.
-¿Abrazo en grupo?- preguntó Jane.
-Abrazo en grupo- acepte.
Mientras nos dábamos nuestro abrazo en grupo sonó mi móvil y el de Jane. Abrí rápidamente y vi de quien era. De Danielle.
De: Danielle  Para: Beth   Hora: 11:49
Mensaje: Hoy hacemos una fiesta en casa de los chicos, ya sabemos que es muy tarde pero es que no hemos tenido tiempo con todos los preparativos. Vente  Porfa xx

Jane y yo nos miramos, parece que nos habían llegado el mismo mensaje. Después de que Brenda nos dijera que podíamos ir sin problemas y que ella nos cubriría con mi padre, nos fuimos a mi habitación para cambiarnos, ya que íbamos de etiqueta.
Me vestí y le dejé ropa a Jane. Mañana se mudaba así que nos iríamos de compras yo (iba así) Y Jane (iba así)

El camino no fue muy largo.  Jane y yo íbamos felices porque lo que había pasado hacían unas horas. Cuando llegamos la casa estaba llena de gente. Dios, llena.
-¡Hola señoritas!- dijo Harry cuando nos vio.
-Hola rizos- le dijo Jane mientras le daba dos besos. 
-Hola- dije sonrojada. Yo no tenía tanta confianza como ella, pero  no era razón por la que sonrojarme ¿Verdad?
-Oix que se nos pone roja- dijo riendo.
Nos adentramos en la casa. Llegamos a una parte del salón donde estaban los chicos. Louis y Eleanor  un poco más distante de lo normal. Danielle y Liam, Zayn y Perrie, Niall y Ed Sheeran.
-¿Ed? – le miré sorprendida.
-¿Beth? ¿Mi Beth?
-¡Sí! ¡Tu Beth! – corrí a sus brazos y le salté encima. Hacía tanto que no lo veía.
Después de un abrazo de más de 2 minutos nos separamos, los chicos nos miraban expectantes. No sabían que conocía a Ed.
-¿Os conocéis?- preguntó Louis.
-¿Bromeas?- sonreí – Veraneábamos  juntos  hace 6 años- volví a sonreír.
-Mucho tiempo- dijo Harry.
-Sí, el tenía  16 y yo 12, casi 13.
-Ah… - dijo Louis.
-Bueno chicos tenemos que subir- informó Liam.
-¿A dónde? Y por cierto ¿Cuál es la razón de la fiesta?
-Pues a cantar y la razón es que tenemos un nuevo single.
-¿Ah sí?
-¡Oh Yeah!- dijo Harry con su típico signo heavy.
-¿Cómo se llama?- pregunté.
-Little Things- respondió Niall.
-Ese nombre me suena- dije en un susurro, Ed que aún estaba a mi lado se sonrojó.
Los chicos subieron al “escenario” que habían montado en el salón de casa. ¿Por qué hacían la fiesta en casa y no alquilaban un local? Era lo más lógico. Pero supongo que no lo hacían porque querían algo discreto. Aunque con ellos es casi imposible. La canción comenzó, cantaba Zayn. Saludé a las chicas, que no lo había hecho. Entonces de mi interior salió.
Your hand fits in mine
Like it's made just for me
But bear this in mind
It was meant to be
And I'm joining up the dots
With the freckles on your cheeks
And it all makes sense to me
I know you've never loved
The crinkles by your eyes when you smile
You've never loved
Your stomach or your thighs
The dimples in your back at the bottom of your spine  
But I'll love them endlessly


I won't let these little things slip out of my mouth
But if I do, it's you,
Oh it's you,
They add up to
I'm in love with you,
And all these little things 
You can't go to bed,
Without a cup of tea,
And maybe that's the reason
That you talk, in your sleep
And all those conversations
Are the secrets that I keep
Though it makes no sense to me 
I know you've never loved the sound of your voice on tape
You never want to know how much you weigh
You still have to squeeze into your jeans
But, 
You're perfect to me 
I won't let these little things slip out of my mouth
But if it's true,
It's you,
It's you,
They add up to
I'm in love with you,
And all these little things 
You'll never love yourself
Half as much as I love you
You'll never treat yourself right, darlin'
But I want you to,
If I let you know, I'm here for you,
Maybe you'll love yourself,
Like I love you
Oh 
Y seguí cantando la canción, no  podía creer que fuera él. ¿En serio? Se había enamorado de una niña de 12 años? Era increíble. Y también era increíble que no me haya dado cuenta hasta ahora.
Los chicos  bajaron y me vieron. Estaba llorando y sonreía como tonta.
-¿Qué te pasa pequeña?- me abrazó Niall- ¿Te ha emocionado la canción?- sonreí.
-Esta canción… Aparte de que me ha emocionado, yo la tengo, tengo la original en casa- dije con dificultad.
-¿Cómo, si esa es exclusiva, solo la tiene Ed?- dijo Louis.
Miré a Ed, preguntándole si era lo que yo pensaba. Entonces asintió, se sonrojó de tal forma que su pelo rojo no era tan rojo ahora. Entonces le abracé.
-No me eh dado cuenta hasta ahora Ed- ya lo había soltado- Lo siento.
-No pasa nada, mi intención era que no te dieras cuenta.
-A ver, a ver, a ver- dijo Harry- No me eh enterado, explicadme.
-Veraneábamos juntos… Cuando regresé el último verano había correo para mí. La letra de una canción llamada Little things, con una carta preciosa. Pero nunca pensé que el chico pelirrojo de 16 años se iba a enamorar de la chica de 12 años que entonces usaba pantalones. 

jueves, 15 de noviembre de 2012

Capítulo 4 - Don't Forguet-

Otra vez lunes. Odiaba los lunes. Era como que me mataban cuando era lunes. Vale estoy dramatizando un poco. ¡Pero odio los lunes!
-Venga que ya vas tarde- dijo Ingrid entrando en la habitación.
-No quiero ir Ingrid- me quejé.
-A la ducha ya- me miró como amenazándome, y creedme, cuando Ingrid se enfada es porque la has cagado muy pero vamos.
-El sábado me compré un móvil nuevo- dije sin pensar.
-Tú padre ya lo sabe, los  extractos de las tarjetas están en la mesa- dijo mientras me quitaba la manta que me cubría.
-Ah, pues nada, ya me echará la bronca- dije sonriendo.
-¡A la ducha!- me gritó y salí corriendo en dirección al baño.

Llegué a las clases de música, las odio, porque  a mí se me da muy mal cantar, es algo que no está en mi, sin embargo, tocar la guitarra es mi pasión. Entré en el auditórium y subí las escaleras corriendo, llegaba tarde.
-H…Hola- dije tímida- ¿Puedo pasar?- le pregunté al profesor que había, el de música.
-Sí, pero Beth por favor, que no se repita- asentí.
Entré en clase y me senté en uno de los últimos sitios, no sabía porque, ya que normalmente me sentaba adelante del todo, pero llegué tarde y estaba todo ocupado. Puse la bolsa de danza en el suelo y saqué me senté atenta.
-¿Tú no eras la niña de mamá y papá que nunca llegaba tarde?- me preguntó el chico que estaba sentado delante de mí. Era el malote de la clase.
-¿Tú no eras el gilipollas que no hablaba con la niña de mamá y papá?- le miré mal.
-Ah, ¡Qué tiene genio!- se hiso el impresionado.
Sin palabras. Pensé.
La clase pasó con normalidad, sin contar el espécimen que estaba sentado delante de mí. Se pasó las 2 horas chinchándome. Después, cuando solo faltaban 5 minutos, el profesor nos mandó un trabajo.
Me levanté y miré en el tablón, perfecto, mi grupo estaba formado por Alex, el insufrible chico de adelante y Delia  la tonta de la clase.
-Perfecto- susurré.
-Oh, me toca con la niña de mamá y papá que dice palabrotas como “gilipollas”- dijo Alex mientras se paraba a mi lado.
-¿Tú eres tonto o que?- le miré mal.
-Pff, si comenzamos con peleas vamos mal.
-¡Qué bien! ¡Me toca con vosotros!- dijo Delia acercándose a nosotros.
-Esta tarde a las 5  en mi casa, no lleguéis tarde- me giré y caminé.
-¿Dónde vives?- gritó Alex.
-Búscalo en Google, ahí sale la casa de la niña de mamá y papá- le guiñé un ojo y me fui a clase de danza.
La clase pasó rápida, porque bailar es la otra cosa que me encanta. Era baile contemporáneo y clásico,  ya sé que puede parecer aburrido, pero no cuando estás en último año. En realidad, tenía ganas de terminar mi paso por el auditórium para poder vivir del baile o de la música, porque ese había sido mi sueño, aparte de ser abogada claro.
Llegué a casa a las 4, no había comido y me moría de hambre. Ingrid me dio pizza para comer, se notaba que mi padre no estaba en casa. Me encerré en mi habitación a estudiar un poco hasta que llegaran los chicos, si estudiaba en casa, pero en enero entraría a la uni, es raro porque empezó este mes, pero no había enviado solicitudes, si toda una locura. A lo mejor me aceptan, eso quiero.
Estaba en chándal con un moño playero, una camiseta básica fucsia, las gafas de la vista y un boli en el pelo, me había olvidado por completo de que había quedado a las 5.
-¡Beeeth!- gritó Ingrid, odiaba que me gritara, pero la casa es muy grande y la verdad es que da mucho palo caminar de una punta a otra.
-¡Ya voy!- Respondí. Salí de la habitación sin ganas- ¿Qué quieres Ingrid, estoy estudiando- dije entrando en el salón.
-Te buscan- me giré y allí estaba Delia sonriendo y Alex me miraba con aires de chulo.
-Hola- dijo Delia emocionada- Nunca había venido a tu casa- sonrió- Es muy bonita… Y grande.
-Hola- me limité a responder, pero pensé. ¿Porqué ser borde con ella cuando ella siempre era simpática?- Pues ya estás aquí guapa, si es muy grande, y asquerosa- dije sonriendo. ¿Por qué había dicho asquerosa? No sé, la verdad es que me gustaba esa palabra, y mucho hahah Estoy mal vv’.
-Hola- dijo Alex con su cara de “paso de todo esto”
-Hola gilipollas- dije sonriendo, sé que esa palabra le molestaba.
-Massiel- dijo Ingrid como regañándome- Esa boca- Ella era como mi madre, porque a pesar de que mi madre me quería, ella estaba siempre ahí, se ocupaba más de mí propia madre y eso yo lo valoraba, también que ella dijera que tenía tres hijos en vez de dos, eso es de alguien que te quiere de verdad.
-Lo siento- bajé la cabeza- Ingrid, estaremos en el estudio, que tenemos un trabajo de música que hacer, es para mañana y ya sabes.
Los conduje hasta nuestro destino y les dije que se sentaran en los sillones para hablar que haríamos.
-¿Has pensado en algo?- preguntó Alex.
-Pues… En nada en concreto, aunque creo que algo roquero nos vendría bien- dije sin pensar, pero algo adaptable a la voz de Delia.
-Pues piensa, que no tengo mucho tiempo- le sonreí falsamente.
-Gilipollas- dije por lo bajo.

                                             -Narra Louis-
-¡¿Sabes que te odio?!- gritó Eleanor por tercera vez, ayer había llegado de Manchester y hoy ya estábamos discutiendo.
-¡Esta es la 3 vez en el día de hoy que lo gritas!- le grité enfadado.
-¡Es que te odio!- volvió a gritar- ¡Me voy!- cogió su bolso y desapareció.

Dos horas desde mi discusión con El, estaba sentado en el sofá mirando a la nada y Harry rompió mi tranquilidad.
-¿Qué pasó?- me preguntó.
-Resumen- suspiré- Beth ¿Es muy guapa, sabes?- le dije.
-¿Y eso que tiene que ver?- me pregunto, para ser un experto en chicas, era bastante malo.
-Es muy guapa, la conozco, me llevo bien con ella, es mi amiga y mi novia se siente amenazada ¿Eso te suena de algo?- le miré.
-Suerte- se levantó y subió las escaleras.
Seguí pensando, ¿Qué mejor que pensar? Mi relación estaba considerablemente destruida por muchas razones, pero parece que esta era la gota que colmaba el vaso.
-¿Se enfadó, verdad?- preguntó Liam mientras entraba en el salón.
-Me dijo 4 veces que me odiaba, no, mejor, me lo gritó- dije con un hilo de voz.
-Lleváis mucho tiempo así- dijo dándome una palmadita en el hombro.
-Lo sé, pero la quiero y no me puedo separar de ella, no es fácil- pensé en lo que tenía que hacer- Supongo que debo hacer lo que ella me pide- dije sin pensar.
-¿Y que te pide?
-Que deje de hablar con Beth- dije en un susurro.
-¡Eso es ridículo!- dijo sorprendido.
-Lo sé- bajé la mirada- Pero la quiero, y haré todo lo que ella me pida.
-Bueno, haz lo que creas necesario- dijo mientras se levantaba.
                                                 -Narra Beth-
Ya Delia se había ido, y Jane me había llamado para quedar y dar una vuelta, le dije que se viniera a casa, salíamos y después se quedaba a dormir en casa. Aceptó encantada. Alex estaba aún conmigo, ayudándome a guardar las guitarras.
-¿Entonces?- me miró.
-Entonces  nos vemos mañana en clase, apréndete la partitura por favor- dije mientras cerraba la cremallera de la funda de una de las guitarras.
-Eso está hecho, no es tan difícil, aunque es rápida.
-Lo sé- dije un poco borde.
-Bueno, entonces hasta mañana- me sonriendo ¡Alex nunca me sonreía!
-Hasta mañana- se acercó a darme dos besos, y cuando se los iba a dar, giró la cara y me besó. Fue un beso apasionado y que nunca me había dado nadie. Fue largo, y yo me dejé llevar, no sé porqué, pero me dejé llevar. Y me gustó.
-Adiós- se despegó de mi y salió del estudio. Me quedé flipada ¿Cómo podría pasar eso?.
-Adiós- dije en muy bajo. Estaba completamente sonrojada y no sabía que hacer. Era increíble,
Me senté en el sillón y me quedé pensativa, entonces sonó el timbre. Me levanté rápido y sonreí, era Jane. Salí de la habitación y fui directa al salón.
-Hola- dije tímida, Jane era con la que menos había hablado.
-Hola señorita- dijo sonriente.
-¿Qué haremos?- le miré.
-Tú solo vístete- sonrió. Nos metimos en mi habitación y comenzamos a buscar la ropa adecuada para salir a dar una vuelta una tarde de Octubre, precisamente lunes.
Al final me vestí (Así)  (Con unas medias)   Y salimos por Londres a “liarla” según Jane, esa chica me transmitía buenas vibraciones. Y eso me gustaba.
-¿Qué es esto?- la miré sorprendida- ¿Te vas a hacer un tatuaje o un pirsing?- le miré atenta.
-¡Oh Yeah!- hiso el signo Heavy con la mano- Si quieres te puedes hacer uno tú también, no hace falta ser tan monja.
-Ya tengo uno- dije en un susurro.
-¿¡Qué!?- gritó.
-¡Shhh! Que ya tengo uno- dije en un tono normal esta vez.
-¿Dónde?- sonrió.
-En el ombligo- reí.
-A ver- se lo enseñé- Que malota ¿No?- soltó una carcajada.
Nos fuimos dentro y ella se puso un pirsing en la oreja, en el cartílago precisamente, y yo en la nariz, ya sé que mi padre me matará, pero me lo hice y punto.
Llegamos a casa y la liamos aún más en mi habitación. Ingrid se había ido, porque eran las 2 de la madrugada, y mi padre estaba durmiendo, no sé cómo no se ha dado cuenta de que no estaba. Me fui a la cama a las 4 y eso que dentro de unas horas tenía clase.
-¡Beth!- me levanto el grito de Ingrid.
-¿Qué?- me levanté asustada.
-¿Qué te has hecho?- mierda, el pirsing.
-Un pirsing, ¿Te gusta?- reí.
-Pues si- sonrió- A la ducha.
-Me eh planchado el pelo- le saqué la lengua.
-Hay que ver que niña eres a veces- señaló el baño para que me duchara.
-Te odio- y salí corriendo al ver que me tiraba una almohada.
Me duché, salí y me vestí (Iba así) Después desayuné contándole a Ingrid como me había ido la tarde. También le pregunté por Jane, me dijo que se fue muy temprano, se la había encontrado en la puerta de casa cuando ella entraba. Según Ingrid Jane le dijo que tenía que ir a trabajar.
Salí de casa tarde, pero no sé como el chófer llegó temprano al auditórium. Entré en clase de danza, hoy me tocaba primero. Todo el mundo estaba flipando con el pirsing, ya que soy la “niña de mamá y papá” pero me daba igual. Lo único que me ponía nerviosa era el volverme a ver con Alex. Eso sí que me ponía nerviosa. Entré en clase de música y me senté en el mismo sitio de siempre, el primero, no quería tener ningún tipo de contacto con Alex, y menos el visual. Llegó nuestro turno, y cantamos la canción “Don’t forguet” De Demi Lovato. Alex y yo hicimos los solos de guitarra, fue difícil porque en realidad son 4 guitarras, pero lo hicimos muy bien para solo tener dos. Delia no se quedó atrás, ella canta como los ángeles y esta vez no iba a hacer una excepción.
Cuando salía de clase alguien tiró de mi brazo. ¿Cómo no? Alex.
-¿Qué quieres?- le miré mal.
-Que hablemos- sonrió.
-Yo no tengo nada que hablar contigo, ya está tenemos un sobresaliente en el trabajo, ese era mi objetivo, ya está cumplido, ya no tenemos que hablar.
-Me gusta tu pirsing.
-No hablamos de eso.
-Esta tarde, en Hyde Park a las 6, tenemos que hablar-  y se alejó, así tan pancho.  Me monté en el coche y  me fui a casa.



domingo, 4 de noviembre de 2012

Capítulo 3 - ¿Jirafas? ¿¡Dónde!?

Los chicos me dieron un chándal y me llevaron a la habitación de Zayn, pensaron que este no vendría a dormir por hoy. Así que entré y me cambié, abrí la ventana y me puse a mirar él  móvil tirada en la cama de este chico. Miraba fotos de mi madre, era duro, porque no había llorado lo que quería llorar.  Simplemente había aguantado todo y reído, y eso no era lo que yo esperaba.
Supongo que me quedé dormida como a las 3 de la madrugada, pero me sentía rara, no era mi cama, no tenía mi olor… Olía a Zayn, olía a chico sexi.
Me levanté asustada, no me acordaba de lo que había pasado la noche anterior. En mi memoria solo había lagunas. No entiendo porque. Aunque lo más seguro era que mi mente quería olvidar lo que había pasado en la noche anterior. O mejor dicho. En día anterior.
Salí de la habitación ya vestida, con la intención de irme y no regresar más, ya que mi padre me castigaría para toda la eternidad. Caminé aquel pasillo, era muy largo, no lo recordaba así. Bajé las escaleras con cuidado y entonces me sorprendí. Todos el mundo en el salón, y cuando digo todo el mundo, digo todos menos Eleanor.
-Buenos días dormilona- dijo Perrie, hasta ahora era la más maja de las chicas, y Danielle, por supuesto.
-Hola- dije tímidamente.
-¿Que tal has dormido en mi cama?- preguntó el moreno, ¡Dios mío, que bueno estaba!
-Pues muy cómoda- sonreí- Bueno chicos, me tengo que ir, gracias por la hospitalidad- Me di la vuelta con intención de salir, pero Louis me lo impidió.
-¡Espera!- dijo agitado- ¿Nos das tu número?.
-Yo encantada, pero no hablaremos mucho- Harry me miró, estaba mirando las noticias.
-¿Por qué?- preguntó Niall.
-Pues porque…
-Shhhh!- dijo Harry interrumpiendo, todos miramos la pantalla.
Y eso es todo. Ayer a las 3:20 aproximadamente, una mujer se suicidó. Lo más curioso, es que lo hiso en el famoso puente del Támesis. La prensa ha investigado y ha dado con la familia, los “ MacCadne”  Una familia Lord que tiene una relación muy estrecha con la casa real. Esta mañana el padre ha declarado la desaparición de su hija pequeña ( Salía una foto mía) Se ruega a los telespectadores que si la ven informen a la policía.
-¿Decías?- preguntó Louis mirándome confundido.
-Que me tengo que ir, y que no te doy el número porque en cuanto llegue a casa me quitarán el móvil- respiré- Así que nos vemos cuando tenga 30- sonreí y los demás solo miraban.
-Pues coge- me dio su Iphone- Si llama alguien dile que yo te di mi móvil- me abrazó- La contraseña es Carrot.
Salí de allí. No sé, después de lo de las noticias me sentía avergonzada y minimizada. ¿Qué hacía mi foto en la tele? `¡Dios mío! Caminé a paso rápido. La gente me miraba por la calle y una media hora después un coche patrulla estaba a mi lado pidiéndome que les acompañara, que tenían la orden de dejarme en casa. Ya sé que os parecerá raro, pero cogí el móvil de Louis y me lo metí en el escote, para que no me lo quitaran cuando me revisaran.
-¿Dónde has pasado la noche?- preguntó con aquella voz repugnante.
-Pues en un banco- mentí.
-¿Porqué escapaste?- me  miró mal.
-Porque no quiero estar más aquí.
-¡Ni yo que estés!
-¿Pues entonces que pinto en esta casa?
-Eres la única heredera.
-Sí, la misma escusa de siempre- le miré mal- Me voy a mi habitación.
Entré y me tiré en la cama. Caí boca abajo y comencé a llorar. Todo había sido muy raro. Pero nada comparado con lo que había acabado de vivir. ¡No me habían castigado! Estaba en mi mundo cuando sonó el móvil de Louis. Pensé en no cogerlo, peor Louis me lo había dado para poder comunicarse conmigo, así que puse la contraseña y miré, era el Whatsapp.
Ele: Lou cariño, me dan la semana que viene de fiesta… ¿Vienes por mi?
Lou: Eh… Eleanor, soy Beth, tengo el móvil de Louis porque no tengo el mío ahora. Llámalo al móvil de Harry o algo, o si quieres lo hago yo…
Ele: ¿Qué haces tú con el móvil de mi novio?
Lou: Ya te eh explicado, el me lo ha dado porque la situación lo requería. Si quieres yo lo llamo al móvil de Harry y se lo digo.
Ele: ¡Dios mío! ¡Pero esa confianza que tienes tú!
Lou: En fin, ahora llamo.
Ele: No, no llames, ya lo hago yo.
Y eso hice, no llamé. Ya sabía que a Eleanor le caía mal, pero por lo menos yo intentaba conocerla, o no discutir con ella. Pero me lo ponía difícil.
Me levanté con hambre. El día anterior no había cenado nada, imaginaros, me comería un león. Salí de mi habitación con un moño mal hecho y mi “pijama”, unos pantalones cortos y una camiseta de los Rolling Stone.
Me dirigí al comedor, pero por el pasillo me encontré con Ingrid. Ella es la que se encarga de todo en casa.
-Buenos días Ingrid- dije sin ganas.
-Buenos días Beth- le había dicho a Ingrid que me llamara así.
-¿Que tal ayer el cine con tus hijos?- me lo había contado hacía unos días.
-Pues bien- se limitó a decir- Tienes el desayuno en la mesa.
Seguí caminando, el pasillo era largo. Muuuy largo. Entré en el comedor con los ojos casi cerrados del sueño. Me senté en mi silla habitual y me pareció ver a Louis a mi lado.
-¿Ya estamos alucinando otra vez con los chicos eh Beth?- dije en un susurro- ¡Mierda!- salté-
¿Qué hacéis aquí?- me asusté, ¿Desde cuándo los chicos desayunaban en mi casa?
-Bonita casa- dijo Jane, la que nunca hablaba.
-Gracias- dije confundida- ¿Qué hacéis aquí?- les miré confusa.
-Mi móvil tiene un rastreador, lo podemos hacer desde el móvil de cualquiera de los 4- dijo Louis.
-Ah…- me calmé- ¿Y quién os abrió?
-Ingrid, por cierto, es muy maja- dijo Harry- ¿Tiene novio?
-Harry, está casada y tiene dos hijos- le miré mal.
-Hombre, algún día se divorciará- dijo Harry esperanzado.
-Harry ¿Qué te hace pensar que Ingrid estará con un niñato como tú?- preguntó Liam.
-Pues… ¿A lo mejor el hecho de que estoy bueno?
-Dios, lo tuyo es una enfermedad- dijo Zayn.
-¡No hablemos del tema eh Zayn! ¡No toquemos el tema!- dijo Niall haciendo gestos exagerados.
-¡Ingrid!- grité.
-¿Si?- entró en el comedor.
-Me voy con los chicos ¿Puedes ocuparte de las jirafas?- me levanté.
-¿Jirafas? ¿Dónde?-preguntó Niall emocionado.
-¿Por qué se pone así?- les miré confundida.
-Niall tiene una obsesión inexplicable hacia las jirafas- respondió Louis.
-¿Pero hay jirafas o no?- me miró emocionado.
-Ven- los conduje hasta la ventaba- Ellos son las jirafas- señalé a los guardias de seguridad.
-¡Ostia!- Zayn señaló a los guardias- Con razón les llamáis así- abrió los ojos como platos.
-¿Cómo te escapaste de casa hace 2 días?- preguntó Louis.
-¿Se escapó?- preguntó Danielle.
-¡Oh Yeah!- dijo Harry haciendo un signo heavy con la mano.
-¿Y cómo sales de aquí con esas jirafas fuera?- preguntó Niall.
-Pues… Ellos solo están cuando mi padre se va de viaje, y cuando pasa eso Ingrid me ayuda a escapar.
-Interesante- dijo Liam con la mano en la barbilla.
Así iba yo
Entré en mi habitación y me peiné, un moño muy mono, soy fan a ellos y ya que papá no está me los puedo hacer, Me metí en el baño de mi habitación, me lavé los dientes, me iba a pintar pero al final solo opté por un poco de cacao, era de las que son más naturales. Cogí un bolso y mentí el móvil de Louis, el cacao, el ipop, las tarjetas de crédito y dinero en efectivo. Me vestí y me eché colonia, para después salir como una loca por el pasillo, ya que mi habitación quedaba en la puerta del fondo.


-Ya nos podemos ir chicos- dije entrando en el salón.
-¿Preparados?- preguntó Ingrid. Todos asentimos- Pues cuando veáis que suena la alarma de incendios salís por la puerta de servicio, por donde entrasteis chicos.
-¿Alarma de incendios?- preguntó Liam.
Entonces comenzó un fuego en el salón, Ingrid incendió una cortina. La alarma comenzó a sonar y salimos corriendo por la puerta de atrás. Las jirafas ni se lo olieron.
-¿Qué hacemos hoy?- pregunté.
-Que tal si ¡Nos vamos de compras!- gritó Zayn haciendo un gesto muy raro.
-Perfecto- contesté emocionada.
Después de horas comprando, mi tarjeta dio el límite. Con razón, mi padre era un cabrón, como si yo comprara tanto.
-¿Cuánto has gastado?- preguntó Louis.
-5.000 libras- dije revisando la cartera- pero tengo 2 tarjetas más, así que podemos seguir comprando.
-¡Dios mío! ¡Lo tuyo es obsesión!- dijo Harry, bueno gritó- Y eso me gusta- dijo más bajo.
-No es que compre mucho… Solo que ahora que os tengo, puedo salir con gente y no tendré que salir con la ropa pija que tengo- me miré a mi misma con cara de asco.
-¿Qué pasa?- preguntó Danielle- ¿Quieres ser una chica mala?- me miró con cara de cómplice.
-Lo estoy deseando.
-Pues entonces ven con nosotras- Danielle, Jane y Perrie me extendieron la mano como si fuera a pasarme al lado oscuro, y no dudé en cogerla.