Beth
-Hombre,
al fin apareces- le dije a mi hermano mientras abrazaba a mi abuela- ¿Y eso que
estás por aquí?- le pregunté.
-No me
iba a perder tu primera actuación aquí, encima no me llamas.
-Ni tú.
Todos
nos quedamos en silencio unos segundos, nadie hablaba. Y los entiendo, es una
situación un tanto complicada. Hasta para mí.
-Hola
Bryan- le dijo mi padre llegando a nuestro grupo, mi hermano lo saludó
desganado y después se dirigió a Brenda, que estaba al lado de mi padre.
-Está a
mi hija Jane- le dijo Brenda a Bryan, Jane pasó por mi lado y me susurró “Que
bueno está tu hermano” yo solo tosí.
-¿Qué
tal Lauren?- le pregunté, su novia. Una de las personas que odio.
-Pues ha
venido. No quería hacerte el feo.
-Aquí no
pinta nada- le miré mal.
-Anne,
cállate- me dijo mi abuela.
-¡No, sí
a mi me parece perfecto! Tú- señalé a mi abuela- Desapareces 8 años y vienes a
mandarme a callar. Y tú- señalé a Bryan- ¿Te tiras meses sin llamarme y ahora
vienes de hermano guay? Que te den- me di la vuelta y me fui caminando.
Caminé
por la fiesta, tratando de quitarme el rubor que seguramente tenia por el
enfado. Es increíble. Mi familia es increíble, y encima trae a la puta de su
novia. Me detuve delante de la directora de mi colegio. Tenía que agradecerle
la invitación.
-Señorita
Steele- se giró y me saludó con la mano- Muchas gracias por la invitación a la
gala de hoy. Pensé que nunca me iban a invitar- me ruboricé.
-¿Dé que
hablas Elizabeth?- me miró confundida.
-Pues de
que esta es mi primera invitación y gala.
-Imposible,
desde que tienes 10 años te invitamos, cada año. Pero tú madre siempre
respondía que no podías. Que estabais muy ocupados.
-¿En
serio?- la miré, la expresión de su cara cambió de repente. Entonces me di
cuenta de que seguramente la cara de enfado que tenía era increíble. Pero en
verdad, me sentía más que enfadada. Ella asintió a mi pregunta- Bueno, será por
algo. Pero igualmente estoy agradecida.
-Y yo de
que hayas dado un espectáculo tan bonito. Disfruta de las vacaciones Elizabeth,
ya nos vemos de vuelta- me sonrió.
Me quedé
de pie, sola. Mirando a mí alrededor. En el grupo donde estaban mi familia y
amigos se veía la tensión. Solo hablaban los chicos y los demás. Nada.
-¿Estás
bien?- escuché la voz de Louis.
-No- le
respondí- ¿Has visto a Alex?- le pregunté.
-Sí, ha
ido a su casa a cambiarse y después va a la tuya. Te manda un beso- dijo
¿Triste? O algo así.
-¿A
casa?- le miré confundida.
-Sí, tú
padre nos invitó a cenar a todos.
-Define
todos.
-Todos.
Me
enfadé aún más. Trataría de ser amable en esa cena pero no prometía nada.
Encima, van Taylor, Lucía y Eleanor a casa.
Louis
Cuando
llegamos a casa de Beth nos fuimos al gran comedor que había. Era muy grande.
La
tensión entre la familia de los McCadne se palpaba. La novia del hermano
parecía que no era bien recibida, y la abuela ni se diga. Alex llegó unos 10
minutos después de nosotros y nos pusimos a cenar “incómodamente” o como se le
quiera llamar. Nosotros no hablábamos, solo ellos, y lo que hacían era
discutir. Les daba igual quien estuviera delante.
-¿Y qué
tal Lauren, ya te has cansado de chuparle el dinero de la herencia de mi
hermano, le quedan pocos millones sabes?- le dijo Beth en tono irónico. Nunca
la había visto tan enfadada como hoy.
-Elizabeth-
le dijo el padre en tono regañón.
-¿En serio
te pondrás en ese plan?- le preguntó el hermano- Porque si de hablar vamos…
-¿Qué
tienes que decir?- Beth se levantó gritándole- Dime- le exigió.
-¡¿Pero
qué es lo que te pasa hoy?!- el padre también se levantó gritándole. Increíble.
Silencio.
Beth suspiró,
parecía enfada por acumulación de cosas. Estaba roja y solo cerraba los ojos y contaba. Yo miré a
todos y cada uno de los miembros de la mesa. Hasta Ingrid, que esta noche
cenaba con nosotros. Todos tenían los ojos fuera de las órbitas. Esa no es la
Beth que conocemos. No es ella.
-¡Me
pasa que vivo rodeada de mentirosos e interesados!- gritó de repente.
-¿De qué
hablas?- le preguntó el hermano.
-¿Cuándo
me ibais a decir que llevan casi 9 años invitándome a las galas y que mamá
decía que no podía ir?- dijo llorando. Todos se quedaron sorprendidos. Nadie
sabía que decir.
-Beth,
eso tiene una explicación- dijo su padre.
-Sí.
Aquí todo tiene explicación- le dijo el hermano. Los dos se miraron y su abuela
se puso pálida, junto con Ingrid.
El
silencio reinó en el comedor. No sabíamos que hacer. ¿Irnos? ¿Quedarnos? La
primera opción. Pero creedme parecía que se iban a matar.
-Beth,
vamos a la habitación- le dijo Jane cogiéndola del brazo.
-No-
esta se soltó de un manotazo- No quiero- miró a su familia- Mañana, cumplo los
18, o me explicáis lo que ha pasado durante todos estos años, o me voy a vivir
con Alex.
-¡¿Qué?!-
solté yo súper alto. Inevitable.
Todos me
miraron. Pero me dio igual. Ya estaban las cosas claras. Este es el momento de
hacer las cosas, pero no el lugar.
-No-
dijo su padre- No te lo contaremos y no te irás.
-Es
mejor que se lo digas papá- dijo su hermano.
-Sí, yo
creo lo mismo- dijeron Ingrid y la abuela a la vez.
-¿Qué
escondéis?- preguntó Beth.
-Nada-
dijo su padre- De aquí no sale nadie hasta que no hablemos Elizabeth. Deja la
tontería y madura.
-¿Qué
madure?- gritó- Madura tú- cogió un plato y se lo tiró. El padre lo esquivó y
todos corrimos a sujetarla- ¡Eres un hijo de puta! ¡Y tú también Bryan, no me
toques!- no paraba.
Entonces
el tiempo se detuvo, ella comenzó a patalear y llorar mientras todos tratábamos
de calmarla. Tiraba las cosas y gritaba cosas que era incomprensibles. Cosas en
francés. Pero nos daba igual. Mientras más cosas decía, más la gente se estaba
quieta. Parecía herir a todo el que le rodeaba. Ingrid se dejó caer en la silla
cuando escuchó una palabra que había gritado. La abuela fue la siguiente. La
novia del hermano se fue dejándolo solo en aquella selva. Y el padre se veía
derrotado y hundido cada vez que Beth decía algo. Esto se nos iba de las manos.
-¡Para
de una vez Beth!- le gritó Harry cogiéndola de la cintura y saliendo con ella
del comedor.
-Lo
siento chicos, creo que os tenéis que
ir- dijo Brenda.
-Yo no
me voy- dijimos Dani y yo a la vez.
-Ni yo-
dijo Niall.
Los
demás si se fueron después de convencerlos. Nadie quería dejar la casa. Esto
sería duro. Parecía descontrolada.
-Tenéis
que decírselo- dijo la abuela.
-No, no
podemos. Quedamos que en guardaríamos el secreto- dijo el padre.
-No
pienso ocultarle que su madre está viva, por eso me fui y ahora me odia- dijo
la abuela sentándose en el sofá.
Me quedé
en shock ¿Su madre no estaba muerta? Esto era increíble. Como yo se quedaron
Jane y Dani. Era imposible.
-¿Qué mi
madre está viva?- se escuchó que decía Beth al final de la sala.
Más
silencio. Esto no acabaría o eso parecía. Ella estaba llorando tirada en el
suelo. No quería que la tocáramos. Se sentía traicionada y no la culpo de nada.
Estaba rota. Esa era palabra.
Beth
Entramos
en el despacho de mi padre. Estábamos él, Bryan, la abuela, Ingrid y yo.
Estábamos todos nerviosos. Estaba fuera
de mí, no era yo. Estaba nerviosa y me sentía traicionada.
-¿Qué me
tenéis que decir?- pregunté de pie al lado de la puerta. Para poder huir cuando
las cosas se pusieran feas.
-A ver-
dijo mi padre sentándose en su silla- Tenemos algo que contarte- suspiró.
-Sí, ya
sé que mamá está viva, pero todos la vieron tirarse del puente- dije dudando.
-Cariño,
esa mamá está muerta- dijo mi hermano.
-¿Qué?- les miré confundida- Aclárate.
Mat (Flashback)
Marzo de 1995.
Estábamos en la consulta. Tu
madre y yo estábamos esperando a que el doctor nos dejara verte. Bryan estaba a
nuestro lado llorando porque quería una piruleta, pero no le hacíamos caso.
-¿Y si muere?- preguntó tu madre
con toda la pintura corrida. Mientras Ingrid la consolaba.
Yo no paraba de dar vueltas por el
pasillo. Esta era la segunda vez y solo tenías 4 meses.
-No morirá- le repitió la abuela-
Es una chica fuerte y no morirá.
24 de Diciembre de1995
Hoy cumples un año. Eras increíble. Estabas
curada y eras una niña normal y sana. Eras nuestra niña. Pero no duró mucho la
paz en nuestra casa. Tú madre calló y entonces la pesadilla comenzó otra vez.
Justamente el día que cumplías el año, ese día nuestra familia pasó su peor
momento.
Beth
-¿De qué
enfermedad hablas?- le pregunté a mi padre.
-No lo
sabemos. Ni los médicos. Pero ya estás curada, no se sabe cómo ni porque, pero
ya pasó- dijo sonriendo tristemente.
-A ver.
No me entero papá. ¿Quién está muerto?
-Tú
madre, Anne. Era perfecta. Era cariñosa
y le gustaba hacer reír a la gente. Era lo que no había en este mundo. Pero se
volvió loca- hizo una pausa- Loca de remate. Un día, Ingrid la pilló a punto de
darte un baño con lejía. Y no era porque ella quisiera. Si no, porque su mente
la engañaba- volvió a parar- La internamos. Y yo me volqué de lleno en el
alcohol. Y te busque una niñera. Tú madre, la que conoces.
-Ah, y
te liaste con ella y entonces todos decidisteis que me mentiríais- terminé la
historia por él.
-Yo era alcohólico.
No podía hacer nada más.
-Ya papá…
Pero dejaste que esa mujer me arruinara la vida. Te volviste un salvaje y dejaste
llevar por ella. Bryan se fue porque no os aguantaba y ella no me dejaba
cumplir mi sueño. Muchas veces me dijo que no me quería y yo detrás de ella. Y
además supuestamente era la hija de la abuela y ella no vino a su entierro-
dije triste.
-Lo
sentimos mucho Beth- dijo Ingrid.
-No, y
lo que más interesante me parece. Es que estabais dispuestos a guardar el
secreto de por vida. Tú Ingrid. Confié en ti y me has defraudado.
Me di
media vuelta y salí del despacho pegando el portazo del siglo.
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