sábado, 27 de octubre de 2012

Capítulo 1 - Bajo mi cielo-


Eso me impactó. La diferencia entre verla sonreír y cuatro horas después verla dentro de un ataúd”

Entré en la habitación me senté en el sillón que mi madre ocupaba habitualmente. Ese que siempre había tenido su olor y donde tantas veces me consolaba cuando papá me castigaba.
-En que piensas?- me preguntó mi hermano Bryan. Estaba en casa solo por mí.
-Pues ahora, en el asco que vida que llevaré si mamá no está- dije mirando la chimenea.
-No seas tonta, dentro de dos meses cumples los 18 y te podrás ir de casa- me acarició el pelo y acto seguido me besó la cabeza.
-B- así le llamaba cariñosamente- ¿Crees que mi vida será mejor?- pregunté sarcásticamente.
-Sabes que no- respondió seco.
Me quedé mirando otra vez la chimenea. Mamá decía que cuando estas mal, y miras un sitio caliente y acogedor, te sientes mejor. Mamá. La echaría mucho de menos, porque la quiero demasiado. Pero sin B en casa, las cosas irán de mal en peor.
Mis pensamientos fueron interrumpidos por el hombre que más odio en la faz de la tierra. Aunque odiar es feo, a mi padre lo odio con todas mis fuerzas. Entró en la sala con su olor a puro habano y automáticamente me levanté del sillón.
-¿A dónde crees que vas?- dijo con su voz aterradora.
-Al lavabo ¿Quieres ir conmigo y bajarme las bragas?- le miré desafiante.
-Beth- dijo mi hermano advirtiéndome.
-¡Elizabeth Anne McCandne II!- gritó alterado, grito que hiso que me girara y le mirara seria- ¡Regresa aquí!- volvió a gritar.
-¡Beth! Estoy cansada de decirte que no me llames así- dije enfadada.
-¡Que vengas!- volvió a gritar. Me acerqué, pasé al lado de B y este fue a mi lado hasta que llegamos frente a papá, el me acompañaba, porque sabía que nuestro padre era capaz de cualquier cosa cuando se trataba de respeto.
-¿Qué?- le miré mal.
-Estás castigada, dos meses sin ver la luz del sol ¿Está claro?- lo dijo calmado y en un susurro.
-Me da igual- me di la vuelta y comencé a caminar- Total, tampoco es que la viera mucho- salí de la estancia pegando un portazo.
Recorrí el largo pasillo de nuestra casa y me metí en mi habitación. Sinceramente, era inmensa, y asquerosa. Tenía 17 y nunca había podido poner un póster en mi habitación porque mi padre no me dejaba. Era blanca, con un armario inmenso y una cama de matrimonio en el centro. Había una pared completa ocupada por un espejo. Y justamente enfrente un ventanal que daba al jardín de casa.
Me tiré en la cama y me puse a llorar. Después de unos 20 minutos llorando por todo lo que había pasado en el día, me levanté y me quité la ropa. Era asquerosa también. Ya que era triste. Me puse unos vaqueros, y una camiseta. Mi única sudadera y unos taconazos que me mataban.
Vaqueros solo tenía esos, y camiseta y sudadera también. ¿Porqué tacones? Pues fácil, no tengo zapatillas. Abrí la ventana y bajé hasta el jardín. Cuando salí de casa estaba lloviendo, pero me daba igual. Me apetecía caminar bajo la lluvia llorando. Y aunque era Octubre, ya hacía el típico frio que hace en Londres a estas alturas del año.
Me presento; Me llamo Elizabeth Anne McCandne II y soy asquerosamente rica. Ya sé que utilizo mucho la palabra asqueroso, pero es que describe mi vida a la perfección. Soy una Lord, y desde que mi familia obtuvo ese título todo ha cambiado. Soy la “niña pija” en todos los sitios que voy. La gente me juzga por lo que tengo y no por lo que soy. Mi hermano se fue de casa cuando cumplió los 18, de eso hace 4 años. Mi padre es la persona más indeseable de este mundo. Y mi vida es la vida más vacía que eh conocido. Estoy comprometida y  todo lo que viviré de ahora en adelante no está planeado.
Caminé, caminé mucho hasta que llegué a un parque precioso en una urbanización muy pija de Londres. Me senté en el banco que estaba frío y metido en la oscuridad. Había parado de llover, pero el ambiente estaba como si aún las gotas de agua estuvieran cayendo sobre mis hombros. De repente me llegó un mensaje.

Papá te está buscando ¿Dónde te has metido? Yo me tengo que ir a casa, Lauren me está esperando. No tardes en regresar por favor, sabes que si te pilla se enfadará mucho.

Me dio igual. Puse en móvil en silencio y lo metí en el bolsillo de la sudadera. Me distraje pensando en mi vida unos minutos, cuando vi a un chico pasar delante de mí. Me levanté, tenía miedo de que me hiciera algo. Caminé rápido hasta la calle para poder defenderme si pasaba algo, pero no pasó nada. Solo chocó conmigo.
-Ups! Lo siento!- dijo quitándose la capucha, parecía que estaba haciendo footting- Es que no te había visto.
-No pasa nada- le miré- La culpa es mía, que voy distraída y eso- sonreí.
-Y tú que haces por aquí sola tan tarde?- me extendió la mano para que me levantara- Este es un barrio muy pijo, pero a la vez muy peligroso- tiró de mi.
Tiró muy fuerte, tanto que terminé pegada a él. La farola que estaba encima nuestro alumbró su cara y entonces lo vi. El mismísimo Louis Tomlinson. Le miré dos segundos a los ojos y un sentimiento desconcertante y asombroso recorrió por mi cuerpo. Entonces supe que me había enamorado de él. 

2 comentarios:

  1. un inicio interesante. Me gustó. Creo que lo seguiré. Saludos.

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  2. Muchas gracias por comentar! Espero que te guste toda la novela :)
    xxx

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