jueves, 15 de noviembre de 2012

Capítulo 4 - Don't Forguet-

Otra vez lunes. Odiaba los lunes. Era como que me mataban cuando era lunes. Vale estoy dramatizando un poco. ¡Pero odio los lunes!
-Venga que ya vas tarde- dijo Ingrid entrando en la habitación.
-No quiero ir Ingrid- me quejé.
-A la ducha ya- me miró como amenazándome, y creedme, cuando Ingrid se enfada es porque la has cagado muy pero vamos.
-El sábado me compré un móvil nuevo- dije sin pensar.
-Tú padre ya lo sabe, los  extractos de las tarjetas están en la mesa- dijo mientras me quitaba la manta que me cubría.
-Ah, pues nada, ya me echará la bronca- dije sonriendo.
-¡A la ducha!- me gritó y salí corriendo en dirección al baño.

Llegué a las clases de música, las odio, porque  a mí se me da muy mal cantar, es algo que no está en mi, sin embargo, tocar la guitarra es mi pasión. Entré en el auditórium y subí las escaleras corriendo, llegaba tarde.
-H…Hola- dije tímida- ¿Puedo pasar?- le pregunté al profesor que había, el de música.
-Sí, pero Beth por favor, que no se repita- asentí.
Entré en clase y me senté en uno de los últimos sitios, no sabía porque, ya que normalmente me sentaba adelante del todo, pero llegué tarde y estaba todo ocupado. Puse la bolsa de danza en el suelo y saqué me senté atenta.
-¿Tú no eras la niña de mamá y papá que nunca llegaba tarde?- me preguntó el chico que estaba sentado delante de mí. Era el malote de la clase.
-¿Tú no eras el gilipollas que no hablaba con la niña de mamá y papá?- le miré mal.
-Ah, ¡Qué tiene genio!- se hiso el impresionado.
Sin palabras. Pensé.
La clase pasó con normalidad, sin contar el espécimen que estaba sentado delante de mí. Se pasó las 2 horas chinchándome. Después, cuando solo faltaban 5 minutos, el profesor nos mandó un trabajo.
Me levanté y miré en el tablón, perfecto, mi grupo estaba formado por Alex, el insufrible chico de adelante y Delia  la tonta de la clase.
-Perfecto- susurré.
-Oh, me toca con la niña de mamá y papá que dice palabrotas como “gilipollas”- dijo Alex mientras se paraba a mi lado.
-¿Tú eres tonto o que?- le miré mal.
-Pff, si comenzamos con peleas vamos mal.
-¡Qué bien! ¡Me toca con vosotros!- dijo Delia acercándose a nosotros.
-Esta tarde a las 5  en mi casa, no lleguéis tarde- me giré y caminé.
-¿Dónde vives?- gritó Alex.
-Búscalo en Google, ahí sale la casa de la niña de mamá y papá- le guiñé un ojo y me fui a clase de danza.
La clase pasó rápida, porque bailar es la otra cosa que me encanta. Era baile contemporáneo y clásico,  ya sé que puede parecer aburrido, pero no cuando estás en último año. En realidad, tenía ganas de terminar mi paso por el auditórium para poder vivir del baile o de la música, porque ese había sido mi sueño, aparte de ser abogada claro.
Llegué a casa a las 4, no había comido y me moría de hambre. Ingrid me dio pizza para comer, se notaba que mi padre no estaba en casa. Me encerré en mi habitación a estudiar un poco hasta que llegaran los chicos, si estudiaba en casa, pero en enero entraría a la uni, es raro porque empezó este mes, pero no había enviado solicitudes, si toda una locura. A lo mejor me aceptan, eso quiero.
Estaba en chándal con un moño playero, una camiseta básica fucsia, las gafas de la vista y un boli en el pelo, me había olvidado por completo de que había quedado a las 5.
-¡Beeeth!- gritó Ingrid, odiaba que me gritara, pero la casa es muy grande y la verdad es que da mucho palo caminar de una punta a otra.
-¡Ya voy!- Respondí. Salí de la habitación sin ganas- ¿Qué quieres Ingrid, estoy estudiando- dije entrando en el salón.
-Te buscan- me giré y allí estaba Delia sonriendo y Alex me miraba con aires de chulo.
-Hola- dijo Delia emocionada- Nunca había venido a tu casa- sonrió- Es muy bonita… Y grande.
-Hola- me limité a responder, pero pensé. ¿Porqué ser borde con ella cuando ella siempre era simpática?- Pues ya estás aquí guapa, si es muy grande, y asquerosa- dije sonriendo. ¿Por qué había dicho asquerosa? No sé, la verdad es que me gustaba esa palabra, y mucho hahah Estoy mal vv’.
-Hola- dijo Alex con su cara de “paso de todo esto”
-Hola gilipollas- dije sonriendo, sé que esa palabra le molestaba.
-Massiel- dijo Ingrid como regañándome- Esa boca- Ella era como mi madre, porque a pesar de que mi madre me quería, ella estaba siempre ahí, se ocupaba más de mí propia madre y eso yo lo valoraba, también que ella dijera que tenía tres hijos en vez de dos, eso es de alguien que te quiere de verdad.
-Lo siento- bajé la cabeza- Ingrid, estaremos en el estudio, que tenemos un trabajo de música que hacer, es para mañana y ya sabes.
Los conduje hasta nuestro destino y les dije que se sentaran en los sillones para hablar que haríamos.
-¿Has pensado en algo?- preguntó Alex.
-Pues… En nada en concreto, aunque creo que algo roquero nos vendría bien- dije sin pensar, pero algo adaptable a la voz de Delia.
-Pues piensa, que no tengo mucho tiempo- le sonreí falsamente.
-Gilipollas- dije por lo bajo.

                                             -Narra Louis-
-¡¿Sabes que te odio?!- gritó Eleanor por tercera vez, ayer había llegado de Manchester y hoy ya estábamos discutiendo.
-¡Esta es la 3 vez en el día de hoy que lo gritas!- le grité enfadado.
-¡Es que te odio!- volvió a gritar- ¡Me voy!- cogió su bolso y desapareció.

Dos horas desde mi discusión con El, estaba sentado en el sofá mirando a la nada y Harry rompió mi tranquilidad.
-¿Qué pasó?- me preguntó.
-Resumen- suspiré- Beth ¿Es muy guapa, sabes?- le dije.
-¿Y eso que tiene que ver?- me pregunto, para ser un experto en chicas, era bastante malo.
-Es muy guapa, la conozco, me llevo bien con ella, es mi amiga y mi novia se siente amenazada ¿Eso te suena de algo?- le miré.
-Suerte- se levantó y subió las escaleras.
Seguí pensando, ¿Qué mejor que pensar? Mi relación estaba considerablemente destruida por muchas razones, pero parece que esta era la gota que colmaba el vaso.
-¿Se enfadó, verdad?- preguntó Liam mientras entraba en el salón.
-Me dijo 4 veces que me odiaba, no, mejor, me lo gritó- dije con un hilo de voz.
-Lleváis mucho tiempo así- dijo dándome una palmadita en el hombro.
-Lo sé, pero la quiero y no me puedo separar de ella, no es fácil- pensé en lo que tenía que hacer- Supongo que debo hacer lo que ella me pide- dije sin pensar.
-¿Y que te pide?
-Que deje de hablar con Beth- dije en un susurro.
-¡Eso es ridículo!- dijo sorprendido.
-Lo sé- bajé la mirada- Pero la quiero, y haré todo lo que ella me pida.
-Bueno, haz lo que creas necesario- dijo mientras se levantaba.
                                                 -Narra Beth-
Ya Delia se había ido, y Jane me había llamado para quedar y dar una vuelta, le dije que se viniera a casa, salíamos y después se quedaba a dormir en casa. Aceptó encantada. Alex estaba aún conmigo, ayudándome a guardar las guitarras.
-¿Entonces?- me miró.
-Entonces  nos vemos mañana en clase, apréndete la partitura por favor- dije mientras cerraba la cremallera de la funda de una de las guitarras.
-Eso está hecho, no es tan difícil, aunque es rápida.
-Lo sé- dije un poco borde.
-Bueno, entonces hasta mañana- me sonriendo ¡Alex nunca me sonreía!
-Hasta mañana- se acercó a darme dos besos, y cuando se los iba a dar, giró la cara y me besó. Fue un beso apasionado y que nunca me había dado nadie. Fue largo, y yo me dejé llevar, no sé porqué, pero me dejé llevar. Y me gustó.
-Adiós- se despegó de mi y salió del estudio. Me quedé flipada ¿Cómo podría pasar eso?.
-Adiós- dije en muy bajo. Estaba completamente sonrojada y no sabía que hacer. Era increíble,
Me senté en el sillón y me quedé pensativa, entonces sonó el timbre. Me levanté rápido y sonreí, era Jane. Salí de la habitación y fui directa al salón.
-Hola- dije tímida, Jane era con la que menos había hablado.
-Hola señorita- dijo sonriente.
-¿Qué haremos?- le miré.
-Tú solo vístete- sonrió. Nos metimos en mi habitación y comenzamos a buscar la ropa adecuada para salir a dar una vuelta una tarde de Octubre, precisamente lunes.
Al final me vestí (Así)  (Con unas medias)   Y salimos por Londres a “liarla” según Jane, esa chica me transmitía buenas vibraciones. Y eso me gustaba.
-¿Qué es esto?- la miré sorprendida- ¿Te vas a hacer un tatuaje o un pirsing?- le miré atenta.
-¡Oh Yeah!- hiso el signo Heavy con la mano- Si quieres te puedes hacer uno tú también, no hace falta ser tan monja.
-Ya tengo uno- dije en un susurro.
-¿¡Qué!?- gritó.
-¡Shhh! Que ya tengo uno- dije en un tono normal esta vez.
-¿Dónde?- sonrió.
-En el ombligo- reí.
-A ver- se lo enseñé- Que malota ¿No?- soltó una carcajada.
Nos fuimos dentro y ella se puso un pirsing en la oreja, en el cartílago precisamente, y yo en la nariz, ya sé que mi padre me matará, pero me lo hice y punto.
Llegamos a casa y la liamos aún más en mi habitación. Ingrid se había ido, porque eran las 2 de la madrugada, y mi padre estaba durmiendo, no sé cómo no se ha dado cuenta de que no estaba. Me fui a la cama a las 4 y eso que dentro de unas horas tenía clase.
-¡Beth!- me levanto el grito de Ingrid.
-¿Qué?- me levanté asustada.
-¿Qué te has hecho?- mierda, el pirsing.
-Un pirsing, ¿Te gusta?- reí.
-Pues si- sonrió- A la ducha.
-Me eh planchado el pelo- le saqué la lengua.
-Hay que ver que niña eres a veces- señaló el baño para que me duchara.
-Te odio- y salí corriendo al ver que me tiraba una almohada.
Me duché, salí y me vestí (Iba así) Después desayuné contándole a Ingrid como me había ido la tarde. También le pregunté por Jane, me dijo que se fue muy temprano, se la había encontrado en la puerta de casa cuando ella entraba. Según Ingrid Jane le dijo que tenía que ir a trabajar.
Salí de casa tarde, pero no sé como el chófer llegó temprano al auditórium. Entré en clase de danza, hoy me tocaba primero. Todo el mundo estaba flipando con el pirsing, ya que soy la “niña de mamá y papá” pero me daba igual. Lo único que me ponía nerviosa era el volverme a ver con Alex. Eso sí que me ponía nerviosa. Entré en clase de música y me senté en el mismo sitio de siempre, el primero, no quería tener ningún tipo de contacto con Alex, y menos el visual. Llegó nuestro turno, y cantamos la canción “Don’t forguet” De Demi Lovato. Alex y yo hicimos los solos de guitarra, fue difícil porque en realidad son 4 guitarras, pero lo hicimos muy bien para solo tener dos. Delia no se quedó atrás, ella canta como los ángeles y esta vez no iba a hacer una excepción.
Cuando salía de clase alguien tiró de mi brazo. ¿Cómo no? Alex.
-¿Qué quieres?- le miré mal.
-Que hablemos- sonrió.
-Yo no tengo nada que hablar contigo, ya está tenemos un sobresaliente en el trabajo, ese era mi objetivo, ya está cumplido, ya no tenemos que hablar.
-Me gusta tu pirsing.
-No hablamos de eso.
-Esta tarde, en Hyde Park a las 6, tenemos que hablar-  y se alejó, así tan pancho.  Me monté en el coche y  me fui a casa.



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